Cartel de la iniciativa popular "Una calle para Antonio de Paz". |
El jueves 29 de marzo de 2012, dentro de los actos de presentación del Foro Antiguo Casino de Valencina de la Concepción, se dio a conocer públicamente la primera iniciativa popular que iba a llevar a cabo el Foro. Se trata de la solicitud al Excmo. Ayuntamiento de Valencina de la Concepción para la rotulación de una calle con el nombre del valencinero Antonio de Paz González, para lo cual se inició en ese mismo acto una recogida de firmas que acompañara a la citada solicitud.
Antes de hacer pública nuestra iniciativa, miembros del Foro consultaron a la hermana de Antonio de Paz para manifestarle la decisión de retomar la petición realizada en su día por el Rvdo. P. D. Pedro Arenal Macarro, idea que la familia acogió de muy buen grado.
En mayo de 2012, el Foro contaba con más de 600 apoyos (ver aquí).
El cartel fue realizado por José María Sánchez Villa.
Antonio de Paz se caracterizó por ser una persona
servicial hacia los demás, preocupándose por los más desfavorecidos.
Siempre preocupado por defender a su pueblo y sus tradiciones. Muy vinculado a sus hermandades. Gran educador
y transmisor de las virtudes del ser humano.
Fue una persona muy vinculada a la Parroquia de Nuestra Señora de la Estrella de nuestro pueblo, de hecho
recibió de manos de S.E.R. Fray Carlos Amigo Vallejo, Cardenal y Arzobispo de Sevilla, la medalla "Pro Ecclesia et Pontifice”, máxima distinción que concede la Iglesia Católica a los
seglares. Dicha distinción fue concedida por S.S. el beato Juan Pablo II en
reconocimiento a toda una vida dedicada a los demás.
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Fue una persona preocupada
por recuperar las tradiciones de nuestro pueblo. Fue promotor de la
restauración de la Santísima Virgen del Rosario, imagen del siglo XVIII, que se
encontraba en un grave estado de deterioro y retirada del culto, consiguiendo
que volviera a presidir la Capilla del Sagrario de nuestra Parroquia. También
reorganizó la Adoración Nocturna en la década de los noventa. Fue directivo del
Centro Recreativo y Cultural de la Villa (el tristemente desaparecido Casino),
siendo significativa su participación en el traslado del mismo desde la calle
Real a la plaza Ntra. Sra. de la Estrella.
Fue una persona preocupada
por ayudar a los más necesitados de nuestro pueblo, formando inicialmente el
Consejo Rural de Acción Católica y colaborando con Cáritas Parroquial desde su
creación en los años 50.
Fue una persona preocupada
por la educación de los jóvenes de
nuestro pueblo. Formó parte activa del grupo de Focolares creado gracias al
empuje del Rvdo. P. D. Pedro Luis Carmona. Fue profesor de religión durante 8
años en los dos colegios existentes en nuestro pueblo. También ha sido
catequista de los niños de primera comunión, de los jóvenes de confirmación, de
aquellos que se preparaban para el matrimonio…
Fue una persona muy
preocupada por las hermandades de nuestro pueblo. Miembro activo de la Real Hermandad de Torrijos desde su erección canónica en 1943, ha formado parte de distintas
Juntas de Gobierno y ha sido nombrado “Prioste honorario de la Santísima Virgen de la
Estrella” en 1997 y “Torrijero del año 1996”. Miembro de la Hermandad
Sacramental desde muy joven, se ocupó de organizar los cultos cuaresmales y
sacramentales durante la etapa de inactividad de esta Hermandad. También formó
parte de la Junta Reorganizadora de dicha Hermandad, y de las distintas Juntas
de Gobierno hasta su fallecimiento.
- Fue una persona muy
preocupada por la historia de su pueblo. Realizó diversos estudios y tratados
sobre la devoción a la Santísima Virgen de la Estrella y al Santísimo Cristo de
Torrijos, los cuales posteriormente sirvieron de base al Expediente de
Solicitud de la Coronación Canónica de la Virgen de la Estrella. También ha
publicado un libro titulado “Valencina de la Concepción: historia, tradiciones
y vivencias”. Es coautor de la “Guía Artística de la Parroquia de Valencina de
la Concepción”.
- Pero sobre todo fue una
persona afable, amiga de sus amigos, que se relacionaba con todo el pueblo (sin
distinción alguna), cuya máxima preocupación eran los enfermos, a los que
visitaba con asiduidad para darles compañía, y los necesitados, a los que
intentaba ayudar con los escasos medios
de los que disponía.
Todo ello queda patente en la imborrable huella que ha
dejado en todos los vecinos que tuvieron la suerte de conocerle, guardando en
su memoria el recuerdo de una persona entrañable.
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